
Eran tres estrellas que caminaban. Caminaban por ahí, por donde las demás estrellas siempre pasan. Eran días buenos. Estrella Uno dijo que se sentía feliz. Estrella Dos dijo lo mismo. Estrella Tres imitó a Estrella Dos y Estrella Uno.
Eran tres estrellas que caminaban. Caminaban por ahí, por donde algunas estrellas no pasan, pero otras sí. Estrella Uno dijo que se sentía incompleta. Estrella Dos dijo lo mismo. Estrella Tres imitó a Estrella Dos, pero no a estrella Uno.
Eran tres estrellas que caminaban. Caminaban por ahí, por donde pocas estrellas pasan. Estrella Uno dijo que tenía miedo. Estrellas Dos dijo lo mismo. Estrella Tres imitó a Estrella Dos, pero no pudo escuchar lo que había dicho Estrella Uno.
Eran tres estrellas que caminaban. Caminaban por ahí, por donde ninguna estrella pasa. Estrella Uno se sentía triste y solitaria. Estrella Dos dijo lo mismo. Estrella Tres dijo que era feliz.
—¿Por qué no me imitaste? —Dijo Estrella Uno
—Porque no me siento triste ni solitaria —respondió estrella Tres.
—Pues yo sí —dijo Estrella Dos
Y ese fue el día en el que hicieron algo distinto. Estrella tres era la líder después de todo.