—Cállate, mierda —amenazó Roberto al mismo tiempo que le tiraba un puñete en el estómago a esa pobre chica que había secuestrado hace unos instantes. Eran las dos de la mañana de un caluroso sábado. Roberto iba manejando su carro con una mujer dentro de la maletera. El intrépido secuestrador aceleró por toda la Costa … Sigue leyendo 強欲 (gouyoku)